Extremadura

Con los primeros rayos del sol de cualquier sábado de este lluvioso otoño, las dehesas y montes extremeños se llenan de aficionados a las setas. Tentudía, Sierra de Alor, San Pedro, La Vera, Gata o Las Hurdes son unas zonas excepcionales para la recogida de boletus (edulis y aereus) y amanita cesarea, los productos estrella de los restaurantes extremeños durante varios meses.

La seta es el fruto del hongo o micelio que está bajo tierra. Las setas son efímeras y caducas, pero el micelio permanece vivo y oculto para volver a producir
También son innumerables los eventos relacionados con micología y el amor a las setas con jornadas, charlas y cursos, ya que hay cada vez más aficionados que quieren compartir conocimientos, experiencias, y sobre todo, aprender más. Hay localidades como Coria, Navalmoral de la Mata o Montánchez que dedican un fin de semana completo al mundo micológico y los establemientos hosteleros ofrecen tapas con propuestas tan sugerentes como paloma rellena de boletus campestres, crepes rellenos de champiñones y parmesano o risotto con boletus edulis y presa ibérica.

Este año ha sido especialmente bueno para la recogida por las especiales condiciones que han acompañado al tan nombrado ‘veroño’. Las abundantes lluvias a finales del verano, las temperaturas suaves, la humedad relativa alta y los días soleados, favorecieron que la recolección del exquisito fruto se adelantara de octubre a principios de septiembre en algunas zonas de montaña de la región.

Con todas esta condiciones, la dehesa y los montes extremeños se han llenado de gente con algo en común: portar una cesta de mimbre, y además con un objetivo, facilitar que se diseminen las esporas por la tierra de las setas que recogen, y así propagar el fruto del hongo por allí por donde pasan. Los micófagos no recuerdan una temporada tan buena como ésta.

Clasificación de las setas recogidas duarante la X Edición de las jornadas micológicas de Cuacos de Yuste
Clasificación de las setas recogidas duarante la X Edición de las jornadas micológicas de Cuacos de Yuste / Centro de Interpretación de Cuacos de Yuste
“Muchas personas han recolectado más de 30 kilos de setas al día”, según cuenta el biólogo Eduardo Arrojo Martín, que ha sido vicepresidente de la Sociedad Micológica Extremeña durante 15 años. Arrojo participa desde hace varios años en el Centro de Educación Ambiental de Cuacos de Yuste en unas jornadas micológicas que este año han llegado a su décima edición.

Para Arrojo, existen varias razones en el aumento de personas que se interesan en la micología. Una de ella es la mayor disponibilidad de tiempo libre; otra el interés que despierta la naturaleza como opción de ocio acompañado por amigos o familiares; y el aumento del nivel cultural de la población, que ha permitido que vayan desapareciendo los mitos y tópicos que existían sobre las setas.

El biólogo extremeño destaca también el papel que ha jugado la Sociedad Micológica Extremeña “en promover, potenciar e informar por toda Extremadura de esta riqueza natural que hemos tenido desde siempre pero que no la sabíamos valorar y explotar como otro recurso más de nuestros bosques como puede ser la caza o la pesca, por eso me gustaría agradecer a sus socios fundadores (algunos ya muertos) su creación pues el objetivo principal que se marcaron en sus inicios, que era dar a conocer la riqueza micológica de Extremadura, se ha logrado”.

Denominación de origen

Extremadura cuenta en la actualidad con dos fábricas que exportan setas extremeñas por toda Europa, principalmente a Italia, y dan trabajo a numerosas familias extremeñas que les permite ganar un dinero extra en tiempos de crisis.

Arrojo destaca la calidad de los boletos extremeños, de ambiente mediterráneo, y cree que debería tener una denominación de origen propia como puedan tener otros productos de la región. Rafa Rey, también de la Sociedad Micológica, no sabe si debería de tener una denominación de origen, pero sí al menos una etiqueta para que se conozca su procendencia.

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